Esta fecha nos invita a reflexionar sobre la importancia de educar y formar una población verdaderamente consciente de las dificultades que aquejan al ambiente. Frente al grave problema del calentamiento global y su impacto en el cambio climático, las generaciones venideras deberán contar con el conocimiento, la aptitud y el compromiso para actuar en consecuencia, tanto de forma individual como colectiva.
En sintonía con esto y en el marco de una pandemia que nos ha interpelado en muchos niveles, se sancionó el pasado 6 de junio de 2021 en Argentina la Ley de Educación Ambiental Integral, que garantiza el derecho a este tipo de educación dentro del sistema educativo como parte de una política pública nacional. Esto es un gran paso en el camino hacia la concientización sobre las problemáticas del ambiente, ya que le otorga un marco formal a la educación ambiental y la hace partícipe de la formación ciudadana.
Hoy, más que nunca, la necesidad de que los niños y niñas adopten hábitos sustentables excede el ámbito del hogar y demanda una formación que les permita comprender cómo nuestras acciones impactan en nuestro ambiente, contemplando también las consecuencias sociales y económicas. Es por eso que se habla de una educación integral, que incluya todos los aspectos de la vida humana.
Cabe preguntarnos, entonces, lo siguiente:
¿Qué efecto tendrá la educación ambiental en nuestro futuro?
Será la responsable de una nueva generación con pensamiento ecológico y crítico, que reclame como derecho legítimo vivir en un ambiente sano, respetando la biodiversidad y el patrimonio natural y cultural.
Permitirá alcanzar soluciones más efectivas para los problemas ambientales que amenazan a nuestro desarrollo.
Se podrán prevenir futuros problemas que perjudiquen al ambiente.
Formará una población más consciente, capaz de tomar decisiones más sustentables.
Por nuestra parte, desde hace años concientizamos sobre las problemáticas ambientales y buscamos alternativas sustentables. En el marco de nuestro programa ecoPSA, estamos continuamente poniendo en marcha iniciativas de concientización sobre el ambiente en concordancia con la relevancia que la educación ambiental tiene.
En pocas palabras, lo que se busca es formar a una nueva humanidad, más consciente y con más herramientas para afrontar las problemáticas ambientales que nos atraviesan. Una educación que contemple no solamente a los más jóvenes, sino que también se abra socialmente a los más grandes, brindándoles la oportunidad de aprender y acompañar la formación de quienes serán responsables de nuestro planeta el día de mañana.
Fuentes:
Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible